Mi obra reflexiona sobre el arquetipo de la “señorona” de ciudad. Una figura que habita en una performance constante e inconsciente. Su presencia se manifiesta en su forma de vestir, en los perfumes que usa y en los rituales que sigue, como si estuviera atrapada en otra época. Su estética, marcada por el Camp y el Kitsch, encierra una decadencia que la hace única dentro del paisaje urbano.
Por otro lado, la ciudad contemporánea es un escenario en constante transformación. Está llena de lugares y no lugares, que hemos hecho nuestros casi sin darnos cuenta. Las calles cambian. La gente va y viene. Los espacios se transforman. En este proceso, la gentrificación y la proliferación de espacios basura alteran el paisaje urbano y afectan a quienes lo habitan.
A través de mi trabajo, exploro estas dinámicas y reflexiono sobre cómo la ciudad y sus habitantes evolucionan juntos, dejando huellas en su historia y en su identidad.